Durante cinco años, Rossiar Rudd ha enseñado inglés como segundo idioma (ESL, por sus siglas en inglés) y siempre lleva una gran energía y compasión a todas las aulas en las que entra. Su camino en la enseñanza comenzó en un momento único de la historia, durante la pandemia de COVID-19 en 2020. Al igual que muchos educadores en ese momento, se adaptó rápidamente y pasó a impartir clases de forma virtual. A pesar de los retos que presenta el aprendizaje virtual, Rudd descubrió su pasión por ayudar a las y los estudiantes multilingües a prosperar en un entorno de habla inglesa.
En el 2022, la Sra. Rudd comenzó a enseñar en Ross Elementary School. Actualmente es maestra de ESL para alumnas y alumnos de kínder a segundo grado. Ubicada en el corazón de Hickory Hill, Ross es una comunidad muy unida que sirve a aproximadamente 700 estudiantes y es conocida por la diversidad de su población estudiantil. Para la Sra. Rudd, Ross se ha convertido en un lugar donde establece relaciones duraderas y ve crecer a sus alumnos.
El aula de la Sra. Rudd está llena de recursos para las y los estudiantes de inglés. Una de sus últimas lecciones se centró en el reconocimiento de letras y la conciencia fonética, elementos esenciales para el desarrollo de las habilidades de lectura temprana.
“Ahora nos es normal cantar el abecedario”, les dijo a los estudiantes de kínder, “pero necesitamos saber cómo identificar las letras”. Aunque memorizar el alfabeto a través de canciones resulta fácil para estudiantes jóvenes, la comprensión lectora requiere un entendimiento más profundo.
Durante la lección, la Sra. Rudd guió a sus alumnas y alumnos con cada sonido, ofreciéndoles correcciones amables y ánimo a lo largo del proceso. Cuando una niña o un niño cometía un pequeño error, ella respondía con tranquilidad: “No puedes robarte ese sonido”. Así reforzaba la idea de que cada letra tiene su sonido único.
Una de sus herramientas de enseñanza favoritas es la reafirmación. Después de una respuesta correcta, dice: “¡Besa tu cerebro!”. La niña o el niño procedía a hacer este gesto besando su mano y luego acariciando su cabeza para simbolizar su cerebro, y sus compañeras y compañeros de clase seguían su ejemplo. Estos pequeños pero significativos momentos ayudan a fomentar la confianza, ya que las alumnas y los alumnos se sienten animados a arriesgarse y a celebrar sus éxitos.
Desde las aulas virtuales hasta Hickory Hill, la trayectoria de la Sra. Rudd es un testimonio de la dedicación de las y los educadores de todo el mundo. Su trabajo nos recuerda a diario que el lenguaje es más que vocabulario y gramática, es un puente hacia la conexión y la pertenencia.
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